El Secreto de la Felicidad es la Libertad
Uno de los dogmas más grandes corre así:
Si queremos maximizar nuestra felicidad, la mejor manera de lograrlo es maximizar nuestra libertad.
Esto se debe a que la libertad es en sí misma algo valioso, valioso y esencial para cada uno de nosotros.
Suena lógico. Cuando tenemos libertad, podemos usarla para hacer cosas que maximicen nuestra felicidad, no recibimos órdenes de nadie y nadie necesita tomar decisiones en nuestro nombre.
Y la forma de maximizar la libertad es maximizar la elección.
Felicidad y Libertad, la Paradoja
La mayoría de las personas quieren ganar más dinero, no porque quieran el efectivo frío y duro, sino porque el dinero en realidad trae más libertad a nuestra vida. Cuantas más opciones tengamos, más libertad tendremos. Mientras más libertad tengamos, más felices somos. Nunca nadie cuestiona esto.
Los objetivos principales que la mayoría de las personas tienen hoy en día no son la seguridad laboral ni las relaciones estables y una familia feliz. La mayoría de las personas quieren tener más libertad para elegir cómo gastan sus vidas en sus propios términos. De hecho, hoy estamos bombardeados por opciones interminables:
- Hay más de cien programas de grado para elegir en una amplia gama de colegios y universidades en la actualidad.
- Nuestros teléfonos inteligentes vienen con miles de millones de aplicaciones descargables.
- Cuando entramos a una tienda de comestibles, tenemos cientos de aderezos para ensaladas diferentes para elegir.
Todos ellos deberían hacernos más felices, ya que más elección significa una existencia más feliz.
Esta creencia está profundamente arraigada en nuestra vida cotidiana. ¿Pero más opciones realmente conducen a más felicidad?
El lado negativo de tener demasiada libertad
No estoy sugiriendo que más opciones y libertad sean malas para nosotros. No hay discusión sobre cómo tener más opciones cambia nuestro mundo positivamente. Todos hemos experimentado el sentimiento de felicidad que viene con una mayor libertad.
Por lo tanto, vamos a sumergirnos en el impacto negativo que crea más opciones en nuestras vidas.
1. Demasiadas opciones resultan en la dilación y parálisis
Solo imagine lo que sucedería si Apple lanzara 100 modelos diferentes de iPhone en un año. Las ventas definitivamente caerán, ¿por qué? Debido a que hay tantos modelos para elegir, sería increíblemente difícil finalizar la decisión y elegir uno.
El problema no se trata de la calidad del iPhone aquí, sino de los problemas que los clientes deben atravesar para tomar la decisión correcta. Mientras más opciones tengamos, más difícil será para nosotros elegir. Y la mayoría de las personas simplemente se alejarán debido a la dificultad de tomar una decisión.
El mejor ejemplo se ve en la mayoría de las fallas de startups. La mayoría de las fallas en el inicio no son causadas por la falta de recursos o el tamaño del mercado, sino por la falta de atención por parte del equipo fundador.
Las personas inteligentes con grandes ideas y recursos infinitos tienen más opciones, lo que no siempre es bueno. En este caso, una mayor elección produce la dilación y la distracción, lo que conduce a una pérdida de atención en los asuntos más importantes en este momento.
2. El costo de oportunidad conduce a la comparación y la insatisfacción
Ahora, tienes cinco naranjas para elegir, una de ellas es la mejor naranja que tendrás en este mundo. Y esta es la única oportunidad para que tengas eso; si lo pierdes, nunca podrás tener la mano sobre la naranja más sabrosa del mundo en tu vida.
¿Cómo te hace sentir eso?
Más opciones producen mayores expectativas para cada una de las opciones que tiene. Ahora sabemos que hay una naranja más sabrosa del mundo de las cinco, pero nuestro cerebro asumirá que las cinco son las más sabrosas. Incluso si no lo creemos, racional y lógicamente asumimos que debemos elegir el más sabroso y no podemos aceptar nada menos que eso.
Pero incluso si eres increíblemente afortunado de elegir lo mejor, puedes pensar que no es perfecto, porque nunca puedes saber cómo sabían las otras cuatro naranjas. El costo de oportunidad de las otras naranjas lleva a la insatisfacción en nosotros.
Esto sucede mucho en muchas áreas de nuestra vida. Algunas personas pensarán que su cónyuge no es el mejor porque siempre hay uno mejor, incluso si su cónyuge es en realidad el mejor para ellos.
Eliminar opciones y opciones
La solución a este problema es clara. Primero debemos dejar de creer en el dogma al que nos adherimos tanto. Más opciones conducen a más felicidad hasta cierto punto, pero nunca son lineales. Después de un cierto punto, está claro que dadas las crecientes opciones, nos volvemos más miserables.
Debemos recortar las elecciones que tenemos al priorizar. Aquí hay algunos ejemplos que puedes implementar en tu vida ahora.
- Enfocarse solo en una idea de negocio u objetivo profesional. Ponga todo su esfuerzo y tiempo para construir eso primero antes de saltar al siguiente.
- Estar contento con lo que tienes y quién eres. Aprecie su matrimonio. Haga un esfuerzo por ver lo bueno en su cónyuge y concéntrese en dar y no recibir.
- Establecer sólo un objetivo de fitness. No puedes construir masa, reducir grasa, aumentar la fuerza, mejorar la resistencia y entrenar para la movilidad, todo al mismo tiempo.
- Nicho en su mercado objetivo cuando está diseñando su campaña de marketing para poder proporcionar lo que sus clientes realmente necesitan y hablar con ellos en su idioma.
Si ha hecho una elección antes, para su carrera, relación o finanzas, enfóquese en la elección que ya hizo. Deja de comparar tus decisiones con otras alternativas. En su lugar, concéntrate en lo que decidiste antes y haz lo mejor de él.
El pez y el acuario
Somos como un pez en un acuario.
El tamaño del acuario determina la libertad que tenemos, y algunos de nosotros lo vemos como nuestras limitaciones.
Para crecer, necesitamos un acuario más grande. Desafortunadamente, lo que la mayoría de la gente está tratando de hacer es romper el acuario. Sin eso, eres un pez muerto. Con el avance de la tecnología actual, se nos han abierto opciones ilimitadas.
Por lo tanto, queremos creer que podríamos tener una libertad ilimitada para poder ser más felices. Pero la libertad ilimitada nunca es algo bueno. Sí, necesitamos algo de libertad para expandirnos y crecer, pero sin restricciones, no tendremos dirección, estándar, plan ni felicidad.